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CONOCE TUS LÍMITES Y TRASCIÉNDELOS


Todo facilitador tiene límites en relación a su práctica profesional que debe conocer. Límites establecidos por el marco de la profesión; no estamos habilitados para cualquier cosa. Pero también límites propios, por ejemplo, en cuanto a conocimientos y experiencia, a la condición física y emocional para ciertas actividades, a la competencia para facilitar ciertos procesos experienciales, etc. El reconocer las propias limitaciones encuentra sentido, no en la crítica o la desvaloración personal, sino en la posibilidad de indicar el camino a la auto-superación permanente con la cual debemos comprometernos en esta profesión.

Este importante axioma de la facilitación Apex propone no llevar a nadie a un lugar que no hayamos visitado con anterioridad, refiriéndose tanto a lugares geográficos (Ej: un predio con infraestructura o un recorrido en el medio silvestre), pero más aún, a lugares de trabajo interno. En otras palabras, todo lo que le propongamos al grupo tenemos que haberlo explorado antes. Si no nos sentimos cómodos con cierta actividad de cuerdas, por ejemplo, o con ponernos en cuestión, con la vulnerabilidad, con la emocionalidad, etc, ese debería ser el límite de nuestra práctica, un límite que está allí solo para ser trascendido con proceso personal.

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